jueves, 20 de septiembre de 2007

Recuerdo de una noche (febrero 2006)

Anoche estuve,
entre ser y no ser,
siendo sobre tu cuerpo recostado.
Estaba...
en el tiempo de tus manos,
en la sonrisa de tus labios,
sobre la cumbre de tu seno izquierdo.
Ayer,
fue extension sin limite;
el vertigo horizontal de la Patagonia,
y es que si por momentos
me ausento de mi cuerpo:
estoy reocorriendo la llanura sin limite...
(del tuyo abdomen).
Cuando vida,
me llevo muerte;
obstinacion incoherente de besos,
que me es tiempo,
el instante de humo que hurgo sobre tus brazos:
constelados.
Ocasiones,
en que tengo certera la incetidumbre que la vida que respiro
no es mia,
sino de otro.
Pero anoche,
bajo una boveda celeste, azul,
en el regazo de luz amarilla,
te vi como si no fueras.

Te observe recostada,
con la tranquilidad de la primavera,
y decidi, contra mi instinto,
no tocarte;
solo gire en torno a ti,
en la epica de ver pasar las horas como si fueran memorias de otros tiempos.
Estaba en el lugar,
donde caminan las huellas
a merced de las manos.

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